Definimos a la innovación como un proceso que modifica elementos, ideas o protocolos ya existentes, mejorándolos o creando nuevos que impacten de manera favorable en el mercado. Para los países latinoamericanos, se complementa el concepto con el apoyo estatal, el acceso a financiamiento, el desarrollo científico, el nivel de capacitación de los trabajadores, entre otros factores son parte fundamental para apoyar a potenciales emprendedores con innovadoras ideas de negocios.
Un dato particular de Perú nos menciona Natalia Cortés, directora de Ideas in Lab Perú, “Somos un país perseverante, creativo, con mucha energía… que tiene vena de emprendedurismo” mencionando datos brindados por un conocido periódico peruano “han aparecido 250 mil empresas individuales y han cerrado un aproximado de 40 mil empresas”, evidenciando el desarrollo y la línea que ha marcado los emprendedores para enfrentar la situación que se vive por el COVID-19.
Pero la innovación en las empresas ha sido vista como una forma de ser más eficientes y anticiparse a las necesidades del mercado, pero ante la nueva realidad, la innovación pasó a ser fundamental y necesaria para sobrevivir en el mercado, el poder reconectar con tu público objetivo y fidelizar al cliente; siendo un claro ejemplo la transición empresarial hacia el mundo digital. Sin embargo, también dejó al descubierto algunas deficiencias, Natalia menciona para el caso peruano “Nos falta un poco la parte tecnológica pero poco a poco nos vamos adaptando”.
En ese sentido, las agencias de promoción de innovación y emprendimiento juegan un rol importante, aun así, Natalia resalta “se necesita una fórmula para combatir esta pandemia que es la vena emprendedora, innovación y tecnología”, probando la necesidad urgente en fortalecer las capacidades estratégicas científico-tecnológicas para responder a un mundo en constante evolución, donde cambios inesperados son la regla y no la excepción.