Por lo general, se coincide en que hacer crecer las ventas al exterior es positivo para la economía; sin embargo, hay cupos y trabas y una presión tributaria que limitan la posibilidad de concretar transacciones
1- Cuando se habla de fomentar las exportaciones, todas las administraciones que pasan por la Casa Rosada coinciden públicamente en que es positivo para la economía local por muchas razones.
La primera es que exportar da un crecimiento económico
En segundo lugar, porque permite aumentar la oferta de divisas extranjeras que tienen alta demanda , ya sea para importar bienes intermedios y finales, o para resguardarse del peso.
En tercer lugar, porque las firmas exportadoras generan empleos de calidad y tienden a ofrecer mejores sueldos.
En cuarto lugar, porque se diversifica y se amplían los mercados donde se colocan los productos
2. Rumbo antiexportador. Así se le llama al conjunto de prácticas que van en contra de aumentar el nivel de exportaciones y en el cual la Argentina consigue destacarse permanentemente. Quizá el más visible tiene que ver con la existencia de un cepo cambiario, que deriva en convivir con múltiples tipos de cambio. Esto lleva a que si un exportador vende sus productos en el exterior y recibe por ellos, por ejemplo, US$1000 y se lo obliga a liquidarlo internamente en el mercado de cambios y pasarlo a pesos, se hará de $ 100.000. Si su intención es volver a dolarizarse –para conseguir insumos, pagar remesas o ahorrar– deberá hacerse de divisas de manera formal yendo a un dólar financiero de $165 y ya no de $100, lo que transformará sus primeros US$1000 en US$606.
3. Sin apertura comercial . Nuestro país pertenece a un bloque comercial que se caracteriza desde hace años por ser considerablemente cerrado, este es el Mercosur.
El bloque se estancó al tiempo que el mundo siguió creciendo y abriendo mercados. Los socios de la Alianza del Pacífico firmaron acuerdos comerciales con unas 80 economías que representan cerca del 90% del PBI Mundial. En cambio nuestro país selló pactos con 47 países que suman apenas el 18% del PBI global.
4- Los Impuestos.
Es Un problema de la Argentina es que, por necesidades fiscales, hay impuestos que atentan contra la producción, como Ingresos Brutos, impuesto al Cheque, y los tributos a la exportación. Solo ocho países obtienen más de 1% de sus recursos de retenciones y el nuestro es el quinto que más recauda de ese origen.
5. Trabas y cupos. Con fines cortoplacistas, nuestro país tendió a imponer trabas y cupos a las exportaciones para volcar más productos en el mercado interno, o para intentar desacoplar precios internacionales de los locales. Eso desincentiva los negocios de largo plazo, que se rigen bajo lógicas globales.
Además
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Según datos del Ministerio de Economía del vecino país, el intercambio comercial orilló el mes pasado los u$s 2000 millones, arrojando un rojo de u$s 167 millones para nuestro país, pese a la mejora en las exportacionesPor qué la Argentina es un país con rumbo antiexportador
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