El número de estadounidenses que solicitaron beneficios por desempleo aumentó la semana pasada a 744.000, esto indica que aún se están recortando empleos incluso cuando más personas se vacunan contra el COVID-19.
Las solicitudes de desempleo han disminuido drásticamente desde que el virus golpeó la economía en marzo del año pasado. Pero siguen siendo altos según los estándares históricos, antes de la pandemia, las aplicaciones semanales generalmente se mantenían por debajo de las 220.000 por semana.
Los economistas monitorean las solicitudes semanales de desempleo para detectar signos tempranos de hacia dónde se dirige el mercado laboral. Las solicitudes suelen ser un indicador de los despidos: por lo general, disminuyen a medida que mejora la economía, y viceversa.
Sin embargo, durante la pandemia, los números se han convertido en un barómetro menos confiable. Los estados han luchado para eliminar los retrasos en las solicitudes de desempleo, y la sospecha de fraude ha empañado el volumen real de recortes de empleos.
La firma de datos Womply informa que el porcentaje de negocios que permanecieron cerrados la semana pasada aumentó desde principios de marzo, del 38% al 45% para los bares; del 35% al 46% para los salones de belleza; y del 30% al 38% para restaurantes.