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Gerentes Vs Líderes.

“Los gerentes son personas que hacen bien las cosas y los líderes
son personas que hacen lo correcto.” -Warren Bennis & Burt Nanus-

Los dos talentos, el de gerencia y el de liderazgo no son necesariamente similares. Decir que un gerente puede ser un gran líder es casi como decir: “Como usted es un buen jugador de basquetbol entonces puede ser un buen beisbolista” (El caso de Michael Jordan)





Aunque comúnmente se piensa lo contrario, ser bueno en una de las habilidades no quiere decir necesariamente que será bueno en la otra. El gerente se enfoca en el presente, en el “cómo”, en la administración y busca mantener las cosas en orden; el líder es visionario, piensa en el “qué” y en el “por qué” y atiende la parte emotiva de las interacciones. El poder e influencia del gerente viene de su puesto ya que se le contrata para lograr ciertas funciones y para ello se le otorga cierta autoridad que debe ser respetada por sus colaboradores. En cambio, el líder es mucho más personal, la gente elige seguir al líder y ayudarle a conseguir algún objetivo. El gerente reacciona, el líder crea oportunidades. Al gerente se le paga por cumplir ciertos objetivos y si llega a pasar algo que amenace ese logro se encargará de contra-atacar para lograr conseguirlos. Por otro lado, el líder que también busca los objetivos se encarga de crear y buscar alternativas de solución para alcanzarlos. El gerente da instrucciones, el líder guía a la gente. El gerente explica a su equipo que es lo que deben hacer y cómo deben hacerlo, mientras que el líder se encarga de buscar que el equipo se interese por los objetivos de tal forma que cada persona se apropie de ellos y se vuelvan objetivos comunes; así, el líder apunta al corazón y a la pasión. Mientras que el gerente responsabiliza a la persona que estaba a cargo de hacer la tarea no terminada, el líder sabe que si alguien en su equipo no entrega su parte, él también tiene la responsabilidad pues puedo haber llevado mejores controles de avance.



El gerente sabe qué personas hacen parte de su equipo para así poder delegar, en cambio, el líder conoce las debilidades y fortalezas de las personas de su equipo y en base a estas delega. El líder encuentra las palabras y las historias que llevan gran claridad a las personas. Cuando un líder abandona una empresa sus seguidores van detrás de él o reaccionan de forma negativa frente al abandono, mientras que si es un gerente el que se va, los empleados le hacen una despedida y le desean lo mejor. Como dijo Murray Johannsen: “Los gerentes tienen subordinados, los líderes tienen seguidores.”

Cuando una persona conjunta ambas habilidades decimos que tenemos a un Coach.




La habilidad clave de un Coach es la individualización. Reconoce las diferencias entre las personas y hace que trabajen hacia los objetivos de la organización. Los buenos Coaches saben que cada persona está diseñada de una manera única y especial y se mantienen observando y aprendiendo de esa individualidad para potenciarla. Ayudan a sus colaboradores a entender sus fortalezas y les brindan confianza para que no tengan miedo de ser diferentes. Entienden que el factor más importante que determina el desempeño individual es la relación del colaborador con su superior inmediato, saben que si no existe confianza en esa relación no se logrará un buen desempeño.

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