El 9 de junio el congreso de El Salvador aprobó la “Ley de Bitcoin”, los diputados que estuvieron a favor de la ley argumentan que daría mayor dinamismo a la economía salvadoreña. Entre las ventajas más notorias, dicen, se encontraría la eliminación de los bancos como intermediarios para recibir y transferir remesas, esto se debe a que al ser una moneda digital la transferencia se realiza entre usuarios y con ello se reduciría o eliminaría las comisiones de los bancos.
El FMI se mostró preocupado por la aprobación de la ley en El Salvador. Gerry Rice portavoz del FMI, durante una rueda de prensa mencionó que “La adopción del bitcoin como moneda de uso legal plantea una serie de cuestiones macroeconómicas, financieras y legales que requieren un análisis muy cuidadoso”.
El Bitcoin es una criptomoneda la cual se basa en el minado de la misma. El minado significa usar un ordenador o grupo de ordenadores los cuales confirman las transacciones o los intercambios monetarios pendientes a ser incluidos en una cadena de bloques o “Blockchain”. La cadena de bloques o "Blockchain" es una contabilidad pública compartida que emplea toda la red de Bitcoin. Todas las transacciones confirmadas se incluyen en la cadena de bloques y de esta manera los monederos de Bitcoin pueden calcular su saldo y las nuevas transacciones pueden ser verificadas, asegurando que el cobro se está haciendo al que realiza el pago.
Con la nueva Ley, los salvadoreños que no pueden acceder al sistema financiero porque no cumplen con los requisitos que les imponen los bancos podrían realizar sus operaciones empleando su dispositivo móvil o un ordenador y utilizar el Bitcoin para sus transacciones u operaciones. Cabe resaltar que la ley menciona que para fines contables se utilizará el dólar estadounidense (USD) como moneda de referencia.
Si bien la moneda presentaría varios beneficios para los salvadoreños, existiría una gran desventaja y es que las criptomonedas han demostrado ser muy volátiles y el Bitcoin no es la excepción. Recientemente, el 8 de febrero de este año Tesla invirtió $1,500 millones en Bitcoins (a un precio promedio de $35,000 por moneda) generando un alza en el precio de la moneda, la cual llegó a cerca de $44,000 por moneda, esta compra por parte de Tesla atrajo la atención de varios usuarios que se sumaron al minado de esta criptomoneda. El 12 de mayo Elon Musk, director general de SpaceX y de Tesla Motors, escribió un mensaje en Twitter indicando que le preocupaba el consumo de energía por el minado de Bitcoins y que no aceptará la moneda como parte de pago por sus carros, esto generó una caída en el valor del Bitcoin en cerca de un 12%.
El 13 de junio, Elon Musk anunció que Tesla volverá a aceptar las transacciones con Bitcoin cuando exista una confirmación de un uso razonable de energía limpia (cerca del 50%) por parte de los mineros. Este anuncio generó un incremento de cerca del 12.5% llegando a cerca de los $39,000.
El 21 de junio, China prohíbe a las compañías eléctricas suministrar electricidad a las granjas de minado, con lo cual se cerraría el 90% de granjas de minado del país asiático. Esto supone el cierre del 30% de las granjas de minado a nivel mundial. Esta medida generó una disminución en el precio del Bitcoin, llegando a los $32,000.
Es por su alta volatilidad que existiría un riesgo para los usuarios que quieran emplear esta criptomoneda para el uso diario, y es que al no haber una entidad como un Banco Central que procure mantener la estabilidad de la moneda para hacer conveniente su uso diario, los usuarios estarían expuestos a fluctuaciones constantes y repentinas, también estarían expuestos a las variaciones que se realicen a consecuencia de mensajes por parte de compañías o de personas influyentes. Rodrigo Ávila, diputado opositor de El Salvador, menciona que existiría el riesgo de que un ciudadano que recibe su dinero en Bitcoin no tendría la certeza que su dinero valga lo mismo al momento de retirarlo en efectivo.
Siguiendo el punto de vista de Ávila las personas que viven del día a día serían las que estarían más expuestas a variaciones frente al tipo de cambio. En conclusión, las personas con menores ingresos serían las más vulnerables al emplear la criptomoneda como medio de pago o como medio para recibir sus remesas, ya que verían afectado su poder adquisitivo. Por lo tanto, no se cumpliría con el objetivo principal que plantea la “Ley de Bitcoin” de beneficiar a los ciudadanos con menores ingresos y que viven del día a día, ya que estos serían los más perjudicados.
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