
La economía estadounidense se encuentra en grave peligro, debido a una herida autoinfligida: los grandes recortes de inmigración de la administración Trump.
Según los datos recogidos de los últimos estudios realizados en el país. La inmigración cayó alrededor de un 70%, el nivel más bajo en más de una década. Una de las principales causas de este fenómeno es, las restricciones de la administración, así como el tono desagradable establecido por el propio presidente.
Por otro lado, la Casa Blanca anunció que solo aceptará 18.000 refugiados en el próximo año. Quedando claramente por debajo del límite actual de 30.000, y una pequeña fracción de los 110.000 que el ex presidente Barack Obama, dijo que debería ingresar a los Estados Unidos en 2016.
La actual administración, puede encontrar que la disminución de los números de inmigración es un motivo de celebración. Pero se espera un gran impacto en la economía del país, debido a la baja afluencia de migrantes. Esto se debe a que la tasa de crecimiento de la economía proviene de dos partes: el crecimiento del ingreso per cápita y el crecimiento de la población.
Según la investigación realizada por Moody Analytics, estimó que si la inmigración anual de los Estados Unidos se mantuviera en solo 200.000, el producto interno bruto sería 1 billón de dólares menos en una década a partir de ahora.
La baja inmigración augura grandes problemas porque el sistema básico de jubilación estadounidense, depende de los trabajadores para pagar a los jubilados. Por lo que toda la expansión de la fuerza laboral en los próximos 15 años vendrá de la inmigración.
Es por esto que si la tasa de inmigración sigue descendiendo.
Puede desencadenar en grandes déficits de financiación para los estadounidenses mayores.