Durante los últimos años, Baltimore parecía estar surgiendo económicamente, sin embargo, según la Alianza Económica del Gran Baltimore, el salario de las comunidades afroamericanas continúan encerrada en el marco de la pobreza multigeneracional.
Según el informe reciente del Urban Institute, la inversión económica de la ciudad, acelera la disparidad entre la comunidad afroamericana y los americanos. Los resultados del informe reveló lo siguiente: los vecindarios donde residen menos del 50% de negros, reciben aproximadamente cuatro veces la inversión (combinada pública, privada y dirigida por la misión), mientras que las urbanizaciones que están pobladas por el 85% afroamericanos no reciben tales beneficios, en estos porcentajes.
Sin embargo, esto puediera dar un giro impresionante, por medio de fundaciones privadas como Annie E Casey; alianzas dirigidas por académicos como la Iniciativa del siglo XXI de Johns Hopkins (21CC); organizaciones filantrópicas locales como la Baltimore Community Foundation , Living Classrooms Foundation y la Abell Foundation; o programas de inversión de impacto de RBC GAM. Pero existe un obstáculo importante, los trabajos se están realizando de manera desarticulada.
Todos se mueven como mejor sea posible: una subvención aquí, un nuevo desarrollo inmobiliario allí. Aunque estos proyectos, dan respuestas a corto plazo, no logran una transformación sostenible en las comunidades más empobrecidas de Baltimore.
Para lograr estos objetivos, se debe enfilar las capacidades operativas y la asistencia técnica en función de la historia política indiscriminatoria. Esto, sin duda, prepararía el escenario para una mayor inversión privada, en aquellos espacios desatendidos.
La conectividad y una estrategia económica global, es una buena oportunidad para generar más capital nacional a la red de instituciones financieras de desarrollo comunitario ( CDFI ) de la ciudad. Los CFDI son entidades financieras privadas, que brinda préstamos responsables, que buscan ayudar a personas de ingresos bajos. Las CDFI tienen una gran importancia en el fortalecimiento del sistema bancario, trabajando por una transformación a largo plazo en los vecindarios.
La conectividad estaría promoviendo más iniciativas conjuntas como la Baltimore Integration Partnership (BIP). La filosofía de esta entidad, es aliniar las instituciones financieras de la ciudad con comunidades en problemas. Están respaldadas con el capital nacional y una asistencia técnica efectiva, en este sentido, sería conveniente que las CDFI inviertan más eficazmente en pequeñas empresas como estas.
Con estas estrategias, la pobreza multigeneracional puede transformarse en un ciclo de crecimiento multigeneracional. Por estas razones, las CDFI necesitan de apoyo financiero e intelectual, para alcanzar una comunidad solida de pequeñas empresas.