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Nueva York dice adiós a las dos centrales eléctricas de carbón que le quedan.

Karla Quintero

Nueva York ya tiene una norma para acabar con las dos últimas centrales eléctricas de carbón.

El regulador ambiental de Nueva York indico que ya termino las regulaciones, ahora se necesita que todos los generadores de energía adopten los nuevos límites de emisiones de dióxido de carbono que son difíciles de cumplir para las plantas de carbón. Cuando este proceso ocurra, el gobernador Andrew Cuomo prohibirá la quema de carbón para el año 2020.

Nueva York se encuentra bajo dos premisas importantes en cuanto este tema. Por una parte, el estado considera que los nuevos límites de emisiones son necesario para hacer frente al cambio climático, sin embargo, otros insinuaron que este proceso podría traer consecuencia con el precio de la electricidad. El costo de la energía mayorista para la entrega a la ciudad en 2021 ha tenido un aumento sobre los 25%, lo que resalta las compensaciones para los estados que se encuentran formulando políticas para combatir el calentamiento global.

La ciudad ha doblado sus esfuerzos para limitar el óxido de nitrógeno de los generadores que sirven cuando la demanda de energía se eleva. Ambas limitaciones son importantes para lograr disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 40% para 2030 y emigrar a una electricidad limpia al 100% en 2040.

Las dos plantas que aun presentan servicio en Nueva York son: la planta Somerset de 655 megavatios que se ubica al oeste de Rochester y las instalaciones de Cayuga de 155 megavatios que se encuentra en la región de Finger Lakes. Afirmaron que se pueden adaptar a las nuevas medidas mientras se pueda invertir en nuevas actualizaciones con altos costos, pasar a gas natural o apagar. Riesling Power, miembro de Blackstone Group, adquirió ambos en el año 2016, y no dio respuestas a las solicitudes sobre las nuevas medidas de las emisiones.


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